martes, 6 de mayo de 2008

Leyenda Urbana # 4 / Barrio Los Domínicos: El poste del Diablo (1983)

Recientemente fueron descubiertas una serie de apuntes e ilustraciones de leyendas e historias populares entre los pobladores del Barrio Los Dominicos y que con el tiempo las personas aun recuerdan.


Siempre se ha hablado de los dos antiguos postes de tendido eléctrico que hay en el barrio. Uno ubicado en calle Toltén con Yelcho, el otro en Toltén con Dr. Ernestina Pérez. Se constituyen en los dos únicos en su clase que aun existen y por esto es que hemos escuchado variadas versiones del porque de este raro fenómeno. Revisaremos la versión más popular, la historia de “El Poste del Diablo”, que en realidad no era solamente uno, si no dos como más arriba explico.

La Leyenda
Cuando se comenzó la construcción del complejo habitacional “Villa Colón”, a comienzos de la década de los setentas, se decidió en el lugar cambiar el sistema de alumbrado público que ya existía desde hace dos décadas por otro moderno. En esa época en el sector solo había casas patronales antiguas y fundos que ocupaban esas instalaciones eléctrica a mediados de la década de los sesentas.


Los trabajadores del proyecto nunca imaginarían los extraños fenómenos que sucederían más tarde, concretamente con el procedimiento para sacar dos de los postes de madera que existían. Uno de ellos está ubicado en pasaje Toltén con Yelcho, el otro en Toltén con calle Dr. Ernestina Pérez.


En un frio atardecer del invierno de 1974 los trabajadores se disponían a cambiar los únicos dos antiguos postes tubulares verdes de madera de pasaje Toltén que quedaban, un grupo de tres personas se dirigió a una de las esquinas, la que da a calle Yelcho y otro se quedo en la que da a Dr. Pérez.


Tras un rato observando la manera de proceder, un obrero se quedo solo al lado del poste chequeando las instalación mientas el equipo de trabajo se dirigió al camión que estaba a media cuadra para llevar las herramientas necesarias. Cuando doblaron la esquina escucharon un aterrador grito, corrieron y encontraron a su compañero tendido boca abajo en el pavimento, al darlo vuelta vieron su rostro pálido de horror, dio su último suspiro y dejo de respirar, falleció en el lugar.


El equipo de trabajo que se encontraba en el otro extremo del pasaje, el que da a calle Yelcho fue notificado del suceso de manera instantánea mediante el sistema de radio que ellos disponían y se dirigieron al lugar de los hechos. Solo dos trabajadores se quedaron junto a ese otro poste trabajando.


Mientras procedían con su compañero fallecido, vieron como se acercaba corriendo despavorido por el pasaje uno de los dos obreros que trabajaba en el poste del otro extremo del pasaje. Cuando llego a donde sus compañeros se desplomo y se desmayo. Un grupo partió a verificar, pero este otro obrero también había fallecido. Murieron uno en cada poste, uno en cada extremo del pasaje Toltén.





Ilustración de “El Poste del Diablo” por Jorge “Pillo” Vergara (1983).

Una vez recuperado en el hospital, el único obrero sobreviviente que presencio la muerte de su colega describió los acontecimientos como algo macabro. Al estar trabajando su compañero dio un grito aterrador, el se volteo y vio una figura terrorífica que salía desde el poste de tendido eléctrico que envolvía a su compañero apretándolo hasta morir. Por su puesto no se le dio crédito y el obrero fue despedido para pasar el resto de su vida en un hospital siquiátrico.


El informe oficial de la compañía contratada revelo que el accidente se produjo por un error humano en el procedimiento. Los hombres habían sido alcanzados por una descarga eléctrica, lo cual no era verídico.


Tras este confuso episodio, en 1975, se entregaron a los trabajadores del Banco del Estado las nuevas y flamantes casas de la Villa Colón. Se intento dos veces más hacer el cambio de los postes en pasaje Toltén, una en el año 1978 y otra en 1985. Se dice que en ambos intentos hubo resultados fatales.


Testigos dicen que ambas criatura que salían de los postes de madera tenía las mismas características. Formas de esqueletos fantasmagóricos con ojos brillantes que atacaban a los que se atrevían a amenazar la estabilidad de los postes.

Estos dos postes de tendido eléctrico son los únicos que han subsistido en el barrio al paso del tiempo resistiéndose a ser retirados. Son un vestigio y símbolo de épocas pasadas y esta es su fantástica y extraña historia a manera leyenda.

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